Se acaba de publicar en el número de agosto 2018 del American Journal of Public Health un artículo de investigación sobre los efectos de la crisis económica española sobre la mortalidad (“Austerity Policies and Mortality in Spain After the Financial Crisis of 2008”) acompañado de una editorial sobre el mismo tema (“Short-Term Adverse Effects of Austerity Policies on Mortality Rates: What Could Their Real Magnitude Be?”). Los autores del artículo encuentran un exceso de mortalidad de más de medio millón de fallecidos entre 2011 y 2015: la austeridad, dicen, ha matado a más gente en España que la guerra civil.

Sin embargo, en la editorial que acompaña el artículo se pone en cuestión la credibilidad de esos resultados. El abrupto y cuantioso aumento de la mortalidad estandarizada en 2011 resultaría del cambio de población de referencia en ese año en las estadísticas de mortalidad ajustada por edad que provee el INE, y no de las medidas de austeridad, muchas de las cuales, por otra parte, son posteriores: el gasto sanitario público sólo descendió un 2% en 2011, y fue en 2012 que disminuyó un 6%; el RDL16/2012 de copagos y desuniversalización entra en vigor a mediados de 2012.

Las consecuencias de la crisis económica sobre la salud de los españoles preocupan a SESPAS, de hecho el informe SESPAS 2014 se dedicó monográficamente a ese tema. Gran parte de los efectos se producirían a largo plazo y por la vía de los determinantes sociales de al salud. El medio millón de cadáveres en el campo de batalla, fulminados por el austericidio es una imagen poética muy sugerente, eso sí.

Last modified: 12 de julio de 2018
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