Un reciente estudio titulado “Estimating the number of infections and the impact of non-pharmaceutical interventions on COVID-19 in 11 European countries” publicado por el Imperial College de Londres estima que un 15% de la población española, unos siete millones de personas, se habrían contagiado ya de SARS-CoV-2 y que, gracias a las medidas de confinamiento decretadas, se habrían evitado en España hasta la fecha en torno a 16.000 fallecimientos. A través de un modelo matemático, los investigadores han realizado una estimación de las cifras de afectados por COVID-19 y el impacto de las intervenciones poblacionales no relacionadas con la atención sanitaria en 11 países europeos. Además de España, también figuran en el estudio Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza.

Salvador Peiró, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), ha señalado en una noticia publicada en el periódico El Mundo que este número de infectados podría estar sobreestimado. Aún siendo el trabajo una muy buena modelización del impacto de las intervenciones poblacionales (no directamente médicas) sobre la epidemia en Europa, como en todas las modelizaciones (y en ausencia de información fina) tiene muchas asunciones que pueden afectar mucho los resultados (por ejemplo, el intervalo de credibilidad del porcentaje de infectados en España lo estiman entre el 4% y el 40%; con eso cualquier cosa es posible). Las principales limitaciones del modelo predictivo serían las siguientes:

  1. Es un modelo común para toda Europa usando sobre todo la información de los países con más datos (Italia y España; simplemente porque van más adelantados). Pero las características de difusión de la epidemia (y por tanto el impacto de las intervenciones poblacionales como el aislamiento y demás) son diferentes en los diferentes países. En el caso de Madrid (y probablemente Norte de Italia) el virus circuló libremente durante las dos últimas semanas de febrero y primeras de marzo. Contagió a personal sanitario y de residencias (a veces compartido), contagió a los pacientes que acuden a centros de salud, urgencias, consultas externas, y estos se contagiaron entre si y la epidemia se extendió rápidamente en poblaciones especialmente vulnerables (pacientes crónicos, personas mayores); un aspecto que ha resultado en un incremento de la mortalidad por el tipo de población afectada. Como el modelo “deduce” los casos infectados a partir de los fallecidos de forma global, es probable que sobre-estime el número de infectados.
  2. El modelo funciona por países, pero éstos no son homogéneos. El SARS-CoV-2 aprovecha enormemente las estructuras de movilidad (metros, cercanías, autobuses, etc.), sociales (congresos, reuniones, fiestas, bares, …) y otras (aprox. el 50% de los 18-35 años en España viven con sus padres, visitas diarias a las personas mayores) para su transmisión persona a persona. Por algunos de estos motivos, las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Milán, Nueva York, Munich, …) están mucho más expuestas que otros lugares. El modelo olvida que los muertos en España se concentran en Madrid y Barcelona (pongamos 11-12 millones en áreas metropolitanas), para extender estos resultados a los 50 millones. Es posible que Madrid o Barcelona tengan tasas poblacionales de infectados del 15% o incluso mayores pero probablemente son menores en otros lugares. Menos cuanto menos “capital” sea un lugar (sin descuidar que algunas localidades puedan tener brotes muy intensos, como en Igualada o en Haro, el promedio del país no es el de sus dos grandes capitales).
  3. El modelo avanza una reducción de mortalidad (16.000 muertes evitadas en España hasta 31 de marzo) que no parece compatible con nuestro conocimiento sobre la secuencia de acontecimientos que sucede desde el contagio, hasta los primeros síntomas, la hospitalización, el ingreso en UCI, hasta la muerte. Necesitamos algo más de 2 semanas para que una reducción en contagios se corresponda con una reducción en las cifras de mortalidad (como parece que empezamos a ver, aunque de momento también podrían ser artefactos en la contabilización de fallecidos).
  4. Aun así, el modelo da bastantes pistas de que la contención está funcionando para reducir diseminación y mortalidad y, aun sin creernos las cifras exactas que ofrecen, parece indicar que la orientación de las estrategias es la buena, lo que tiene su importancia.
Last modified: 1 de abril de 2020
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