La Asociación Madrileña de Salud Pública (AMASaP), junto a sociedades científicas del ámbito de la atención primaria madrileña, han hecho público un nuevo posicionamiento en el que valoran como claramente insuficiente el avance que ha realizado la Comunidad de Madrid en un aspecto fundamental en esta fase de transición de la pandemia de la COVID-19, como es la disponibilidad y preparación de los recursos humanos necesarios para detectar y contener posibles brotes.
Las organizaciones firmantes destacan que la atención primaria y la salud pública madrileña arrastran una situación de precariedad crónica, con un déficit de personal sanitario que se ha visto agravado por la pandemia. Menor número de profesionales que había antes de la pandemia (aún hay compañeros en situación de incapacidad laboral temporal por COVID-19 y no se han suplido la mayor parte de vacaciones del personal), ya sometidos a una fuerte presión asistencial y de labores de vigilancia, tienen que asumir ahora su actividad habitual con una importante sobrecarga. Resulta incomprensible que no se cubran las necesidades de personal sanitario, que es lo más urgente y prioritario en este momento, y, al mismo tiempo, se estén invirtiendo recursos en construir un nuevo hospital en Madrid sin dotación de nuevo personal. De nada sirve tener otro hospital en Madrid, si no disponemos de suficiente personal sanitario para contener los brotes y atender las necesidades de los pacientes.
En cuanto al rastreo de contactos, la cifra de profesionales disponibles para ello actualmente en Madrid, en torno a 180, resulta claramente insuficiente, cuando se estima que para una población como la de Madrid harían falta entre 800 y 1200 personas para esta tarea. Esperar a que haya un repunte importante de casos para contratar más personal no es una opción válida, porque supone actuar cuando la transmisión comunitaria ya es importante, lo que impide contener los brotes sin recurrir a otras medidas más duras, que tienen un gran impacto social y económico, como ya se ha demostrado en los rebrotes de otras comunidades autónomas. El personal ya tendría que estar contratado hace tiempo, porque la formación también lleva su tiempo. Este personal debería estar formado por profesionales de epidemiología, enfermería comunitaria y agentes comunitarios de salud con formación en COVID-19.
A la escasez de personal hay que sumar la falta de la necesaria coordinación entre atención primaria y salud pública, relacionada también con la sobrecarga de trabajo y presión a la que se haya sometido el personal. Esta labor de coordinación podrían realizarla eficientemente los profesionales previamente mencionados, incluidos los agentes comunitarios de salud, debidamente formados y supervisados por los excelentes profesionales del sistema sanitario público. La ventaja de la atención primaria y de la salud pública en la Comunidad de Madrid es que pertenecen a una red del Sistema Madrileño de Salud que facilita su coordinación, algo mucho más difícil de hacer por empresas concesionarias externas ajenas al ámbito de la salud pública.
Posicionamiento Precariedad SP y AP_AMaSaP_Semap_somamfyc_SEMG Madrid_AMPap_PCS Madrid