El cambio climático representa una amenaza emergente de considerables dimensiones para la salud pública y modifica la manera en que debemos considerar la protección de las poblaciones vulnerables. Todas las poblaciones están expuestas a los impactos negativos en salud que el cambio climático provoca, pero hay algunas circunstancias que aumentan la susceptibilidad, entre las que se encuentran la ubicación geográfica y las desigualdades socio económicas y en salud. Las repercusiones del clima en la salud humana no se distribuirán uniformemente en el mundo. Las poblaciones de los países con zonas áridas y de alta montaña, así como las zonas costeras densamente pobladas, se consideran especialmente vulnerables. La diferente incidencia en las distintas regiones y la posibilidad o no de adaptarse a estos cambios, va a ser esencial para que las poblaciones afectadas puedan vivir en sus hábitats o tengan que desplazarse a otros lugares. Sin duda, los desplazados por el clima serán un importante problema.

La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) ha promovido varias iniciativas en la que se han contemplado los riesgos sobre la salud derivados del cambio climático. Fue la primera sociedad científica española que, en el año 2012, como consecuencia de un trabajo coordinado, editó el documento titulado “Cambio Global en España 2020/50. Cambio climático y salud”, que aglutinó a los mejores expertos españoles en los diferentes aspectos ambientales relacionados con cambio climático y con potenciales repercusiones en salud: temperaturas extremas, eventos climáticos extremos, calidad del agua, calidad del aire, alimentos, vectores con interés en salud, polen y radiaciones ultravioletas. Este documento contó, además, con un capítulo sobre el impacto económico (parte de él se nutrió del Informe Stern), otro que identifica a la población más vulnerable y otro capítulo en el que se recogieron las conclusiones de dos investigaciones cualitativas que se llevaron a cabo: una con expertos destacados en materia de salud pública y otra sobre la opinión ciudadana. Esta iniciativa de SESA fue seguida por el Ministerio de Sanidad y Consumo que, en el año 2014, publicó a su vez el documento titulado “Impactos del Cambio climático en la salud” en el que colaboraron de forma mayoritaria los mismos expertos que en el primer documento.

En este sentido, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que se encuentra en fase de anteproyecto, debe ser una oportunidad excelente para introducir la salud como un elemento clave entre los posibles impactos del Cambio Climático. Desde SESA se ha elaborado el siguiente posicionamiento en el que se valora el anteproyecto de forma esperanzadora, porque por primera vez se hace alusión en un texto legislativo a los Acuerdos de París adoptados en la Conferencia de las Partes (COP 21) el día 12 de diciembre de 2015. Sin embargo, resulta descorazonador que un texto de esta importancia olvide de forma tan clamorosa la variable salud. El posicionamiento al que se adhiere SESPAS y sus sociedades federadas pone de relieve que una iniciativa legislativa sobre cambio climático debe contener la variable salud y se debería articular, a nuestro juicio, tanto con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social como con las Sociedades Científicas que, como SESA, se han destacado en la elaboración de estrategias para proteger la salud de los ciudadanos.

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Last modified: 12 de febrero de 2019
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