La evidencia científica muestra que el consumo de tabaco duplica el riesgo de sufrir neumonía y tuberculosis, e incrementa hasta 5 veces más la probabilidad de enfermar por gripe. Fumar agrava las infecciones respiratorias, con un mayor riesgo de hospitalización e ingreso en UCI en las personas afectadas por la gripe. Además, los estudios publicados con motivo de epidemias precedentes por otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) muestra cómo ser fumador o haber fumado era un importante factor de riesgo que llegaba a triplicar la probabilidad de sufrir esta enfermedad; en el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV) la asociación, aunque positiva, no llegó a ser significativa. A pesar de lo anterior, ha sido noticia estos últimos días que en recientes publicaciones se llama la atención sobre la baja prevalencia de consumo de tabaco en algunas series de casos clínicos de enfermos por COVID-19 (infección producida por el SARS-CoV-2). Estas hipótesis que sustentan que la nicotina podría tener un efecto preventivo en el contagio o en la reacción inflamatoria exagerada, no están acreditadas, por el momento, con una evidencia científica sólida.

Por ello, la Sociedad Española de Epidemiología ha emitido el siguiente posicionamiento en el que recomienda que en el marco de la estrategia preventiva para contribuir a la reducción del efecto de la pandemia por COVID-19, es fundamental evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas. Asimismo, se recomienda mejorar la valoración y registro del consumo de tabaco en los sistemas de vigilancia, de modo que se pueda contar con más y mejores datos en los futuros estudios.

Posicionamiento Covid_nicotina
Last modified: 29 de abril de 2020
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