Con fecha 29 de enero de 2019 Polonia notificó un expediente al Sistema Rápido de Alerta de Alimentos y Piensos motivado porque se había informado que en la carne producida por una empresa cárnica en un matadero de Ostrów Mazowiecka los días 10, 11, 12 y 14 de enero de 2019 no se tenía constancia de que se hubieran cumplido los procesos de inspección post-mortem, cesándose por las autoridades polacas la autorización de la citada empresa. Las tres comunidades españolas implicadas en la distribución de esta carne de bovino ya han procedido a la retirada de estos lotes afectados y el Ministerio de Sanidad español confirmó la naturaleza preventiva de la alerta pues no consta que la carne haya pasado los controles obligatorios.

El pasado 2 de febrero el periódico La Razón recogía esta noticia a través de un artículo titulado “¿Puede infectarnos la carne polaca?”, en el que Joan Ramon Villalbi, Presidente de SESPAS, opina sobre el caso e indica cuales son los pasos a seguir una vez detectado el problema, además de invitar a la calma y recordar la situación de la seguridad alimentaria en la Unión Europea.

A través del referido artículo, Joan Ramon Villalbí recuerda que España es un país muy sensible a las alarmas alimentarias porque todavía resuena en el imaginario colectivo la tragedia que se vivió en los 80 con el aceite de colza adulterado. «Este fue el punto de inflexión. Se constató que el mercado alimantario español estaba lleno de fraudes y sirvió para que las autoridades se pusieran manos a la obra para reorganizar el sistema de salud pública y de control alimentario». Además, con la entrada de España en la Unión Europea, «se terminó de ordenar los procesos y ahora la vigilancia es altísima». En Europa, fue la crisis de las vacas locas la que sacudió los mercados, llenó de temores las mesas de los consumidores, despertó una enorme depresión en el sector ganadero y una gran revolución en la legislación y en los controles de sanidad animal. De ahí, que cuando saltó la noticia de que Polonia había exportado carne de vacuno en mal estado, enseguida se activaran los protocolos de actuación. Europa es un mercado único en el que las mercancías puedan movese libremente, de ahí la importancia de que las normas de calidad sean únicas y se apliquen del mismo modo en todos los países. «Eso hace que el consumidor europeo goze de uno de los mayores sistemas de seguridad del mundo», determina Villalbí.

Last modified: 4 de febrero de 2019
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